Samantha
Mi historia es sobre mi madre, Teresa Leaper
Este evento tuvo lugar del 10 de diciembre de 2017 al 11 de diciembre de 2017
El descubrimiento
Mi hermosa mamá trabajaba en nuestro hospital local y un dÃa en el trabajo, tuvo un giro gracioso. Me llamó al trabajo para avisarme y me pidió que le llevara un pijama y artÃculos de aseo después del trabajo porque pensaba que la mantendrÃan durante la noche. Me dijo que no dejara el trabajo, pero mientras me decÃa eso, yo cerraba la sesión del ordenador y me preparaba para salir. Mamá habÃa estado enferma recientemente y estaba realizando algunos análisis de sangre, etc., y pensé que si estas pruebas podÃan realizarse en el hospital, serÃa una forma más rápida de obtener los resultados que necesitábamos.
Nunca olvidaré a los amigos de mamá, las caras de los médicos y las enfermeras con las que trabajaba y a sus amigos llorando y desolados cuando su diagnóstico se hizo evidente. En ese momento, no me daba cuenta del sombrÃo panorama de los enfermos de cáncer de páncreas. Pensé que mamá tenÃa una batalla que librar, pero que lo harÃa y luego seguirÃamos con nuestras vidas. Tras volver a casa y buscar en Internet, se me abrieron los ojos.
Esta es mi historia
Con cualquier otro cáncer habrÃa apoyado a mi madre para que le diera una patada en el culo. Era una mujer increÃblemente fuerte y cariñosa.
Estoy agradecida de haber podido traer a mi madre a casa para que viviera conmigo y con mi familia. Que pudimos pasar tanto tiempo juntos, a todas horas del dÃa y de la noche.
El dÃa que murió, mamá tenÃa mucho dolor. Una de mis hijas preguntó si iba a morir ese dÃa. Recuerdo haber retrocedido en shock. Mis hermanos y yo hablamos sobre qué hacer: si debÃamos llevarla al hospital y cómo podÃamos verla sufrir durante otros 5-7 meses si iba a ser peor de lo que estaba sufriendo. Alrededor de la hora de comer, con mi hermano y yo en la habitación, mi madre tuvo un ataque y dejó de respirar. Llamamos al 000 y empecé la reanimación cardiopulmonar. Aunque habÃamos discutido mucho, no habÃa hablado con mamá sobre si querÃa invocar una orden de no reanimación porque pensaba que tenÃamos más tiempo. Estuve traumatizada durante mucho tiempo después de aquello. Seguà trabajando en ella hasta que llegaron varios de Ambo, muchos de ellos amigos suyos. Nunca olvidaré a una de ellas de pie frente a mi casa con lágrimas en la cara. Mamá habÃa trabajado en el hospital local durante casi 40 años, por lo que era muy querida dentro de ese mundo. Trasladaron a mamá al hospital, pero sabÃamos que se habÃa ido. Todos los amigos de mamá pudieron venir a despedirse de ella y compartir con nosotros maravillosas historias sobre lo mucho que significaba para ellos. Siempre estaré agradecida por ese tiempo porque, aunque sabÃamos que mamá era una mujer increÃble, fue maravilloso ver que otros sabÃan lo increÃble que era. A los 67 años de edad, un mes después de su diagnóstico, nuestra hermosa mamá se habÃa ido.
El impacto del tiempo
Con el diagnóstico de mamá, nuestro mundo se redujo a dÃas, horas y a veces minutos. Hemos seguido las horas de las comidas y de la medicación, las horas de sueño.
Mi hija planeó su boda rápidamente con la esperanza de que su querida abuela estuviera allÃ. No fue asà y la boda se celebró un mes después de su fallecimiento, exactamente dos meses después de su diagnóstico.
El regalo del tiempo, aunque sólo fuera un mes, fue que nos centramos realmente en nuestra familia. Siempre hemos estado muy unidos y hemos expresado nuestro amor, pero hemos aprovechado este tiempo para tener algunas conversaciones realmente importantes y simplemente apreciar las relaciones que tenÃamos. Mamá se sorprendió cuando le dieron un plazo potencial de 6 a 8 meses de vida. Agradezco que no se diera cuenta de que serÃa mucho menos que eso y me alegro de que no sufriera más de lo que lo hizo.