Mi historia es sobre mi marido

Este evento tuvo lugar del 23 de junio de 2016 al 18 de febrero de 2018

El descubrimiento

Durante un aà±o y medio mi marido sufrià³ de dolor de espalda en el lado izquierdo, el médico hizo todas las pruebas posibles pero no se descubrià³ nada. Mi marido perdià³ peso y empezà³ a sufrir de constantes eructos. Le enviaron a hacer una resonancia magnética y fue entonces cuando encontraron el tumor en la cola del pà¡ncreas con metà¡stasis en el hà­gado, le diagnosticaron cà¡ncer de pà¡ncreas en fase 4. Todos los médicos se sorprendieron por su corta edad, tenà­a 51 aà±os.

Esta es mi historia

Mi nombre es TALI SEGEV, soy miembro de la fundacià³n LOVELOVE la Fundacià³n ISREALI de Cà¡ncer de Pà¡ncreas . Mi marido tuvo cà¡ncer de pà¡ncreas y fallecià³ hace 3,5 aà±os y mi padre fallecià³ de cà¡ncer de pà¡ncreas hace 2,5 meses. El prà³ximo noviembre cumpliré 54 aà±os. Noviembre es un mes muy significativo en mi vida, y no sà³lo porque es el dà­a en que nacà­. El dà­a que cumplà­ 50 aà±os, mis bodas de oro, celebré mi àºltimo cumpleaà±os con mi difunto marido, YOSEF ZMADJA SEGEV, nuestros 3 hijos y nuestra extensa familia. En esta etapa de la vida de mi difunto marido, estaba lidiando con un cà¡ncer de pà¡ncreas. y fue ya después de tres difà­ciles rondas de quimioterapia, que el éxito en afectar el tumor y reducirlo y le permitià³ entrar en el estudio de la Dra. TALIA GOLAN, del Hospital de Sheba, en Israel. Un estudio que fue diseà±ado para pacientes con cà¡ncer de pà¡ncreas con daà±o genético de BRCA2. Recuerdo el momento en que nos informaron de que Yossi era portador del daà±o genético, que nos dio la esperanza de un tratamiento que ya se conocà­a entonces, como prolongador de la vida. Yossi comenzà³ su tratamiento de investigacià³n y durante nueve meses, su calidad de vida fue como la de cualquier persona, que se conduce en su vida con la medicacià³n para una enfermedad crà³nica. Sin efectos secundarios y sin sufrimientos insoportables. Una medicacià³n que permitià³ a Yossi seguir disfrutando de la equitacià³n, lo que le ayudà³ mucho a sobrellevar mentalmente la enfermedad. Tratamiento que provocà³ una reduccià³n significativa del tumor en el pà¡ncreas y causà³, casi por completo, la desaparicià³n de las metà¡stasis en el hà­gado. Tuvimos nueve meses en los que estuvimos llenos de esperanza. Hasta que llegà³ el terrible dà­a en que Yossi empezà³ a sentir de nuevo los dolores que ya habà­a conocido, antes de dar el innovador tratamiento. Un dà­a en el que nos dimos cuenta de que la enfermedad volvà­a a estar activa. Pronto nos informaron de que el tratamiento habà­a dejado de funcionar y Yossi, que era un guerrero por naturaleza, no se derrumbà³ y preguntà³ qué mà¡s se podà­a hacer, y aceptà³ unirse a otro estudio experimental que estaba menos desarrollado en ese momento. Yossi aceptà³ participar y dijo que, aunque acabara muriendo, era importante para él contribuir a encontrar una cura para la enfermedad. La reaccià³n al fà¡rmaco y los efectos secundarios no fueron fà¡ciles esta vez y cuando Yossi empezà³ a desarrollar ataques epilépticos, volvà­ a ver a la Dra. Talia y le pedà­ que entendiera en qué punto nos encontrà¡bamos para tratar la enfermedad. La Dra. Talà­a, que sabà­a que yo estaba haciendo preguntas difà­ciles, y que quiere saber la verdad para saber cà³mo prepararse para lo que està¡ por venir, me mirà³ con amor, empatà­a y compasià³n y me explicà³, a su amable manera, que Yossi habà­a llegado a una fase de la enfermedad a la que ninguno de los pacientes con cà¡ncer de pà¡ncreas habà­a sobrevivido. A pesar de la gran dificultad, Yossi no se dio por vencido, y se fijà³ la meta de mis 50 aà±os como destino para sobrevivir y alcanzarla mientras se mantiene en pie. En ese momento, Yossi estaba siendo tratado con esteroides y pastillas de morfina que le ayudaban a funcionar. Yossi sobrevivià³ y pudo celebrar mi cumpleaà±os como querà­a. Yossi me escribià³ una bendicià³n que luego se convirtià³ en una carta de despedida y un testamento para continuar mi camino como mujer que perdià³ a su marido por un cà¡ncer de pà¡ncreas. Una bendicià³n que guardo en las tablas de mi corazà³n. Una semana después de mi cumpleaà±os, el estado de Yossi empeorà³. Nunca olvidaré el momento en que la Dra. Talia nos dijo que en los resultados de la TAC se descubrà­a que el hà­gado de Yossi se habà­a colapsado. Yossi pidià³ salir solo y salià³ de la habitacià³n. Me resulta difà­cil imaginar lo que pasà³ por su mente cuando recibià³ esta noticia. Le pregunté a la Dra. Talà­a, ¿y ahora qué? Me di cuenta de que habà­amos llegado a una etapa en la que ya no habà­a nada que hacer, y mi querido marido Yossi iba a morir. A partir de aquà­, comenzà³ un rà¡pido deterioro, en el que Yossi desarrollà³ ictericia y comenzà³ a sufrir un dolor severo e insoportable que hizo que le conectà¡ramos a una mà¡quina de morfina, las veinticuatro horas del dà­a. Yossi fue tratado en su casa como querà­a. En un mes y medio, Yossi dejà³ de comer y beber, sus piernas se hincharon por el edema y comenzà³ la fase de muerte. Nuestros tres hijos y yo nos pusimos con él y no nos movimos ni un momento de su cama. Mi difunto esposo Yossi fallecià³ en su casa el 12 de agosto de 2018. Tenà­a 53 aà±os en el momento de su muerte. Estuvimos casados exactamente 30 aà±os. Y yo, tenà­a exactamente 50 aà±os. He perdido, mi mejor amigo y me he quedado solo en medio de la vida, pensando en que nuestros hijos continàºen su vida sin su padre. Tras la muerte de Yossi, mis hijos se sometieron a una prueba de BRAC2 y mi hijo mayor, que hoy tiene 25 aà±os, resultà³ ser portador del daà±o genético BRAC2.
Un aà±o después de la muerte de mi difunto marido Yossi, conocà­ a la Dra. Talia y le dije que querà­a donar y ayudar a las familias de los pacientes. Me hablà³ de una asociacià³n fundada por varias mujeres, cada una con una historia sobre el cà¡ncer de pà¡ncreas. Y que el objetivo de la asociacià³n es dar a conocer la enfermedad, compartir conocimientos e investigaciones y apoyar a las familias y a los pacientes. Inmediatamente pedà­ unirme a ellos. Sentà­ que era mi deber moral aportar los conocimientos que habà­a adquirido con mi experiencia. A pesar de la dificultad y el dolor, sabà­a que habà­a encontrado un nuevo sentido a mi vida. Me unà­ a la asociacià³n LoveloveIsreal y ahora, noviembre, el mes de mi cumpleaà±os ha adquirido otro significado en mi vida. Me enteré de que este es el mes en que se celebra el Dà­a Internacional del Cà¡ncer de Pà¡ncreas.
Profesionalmente soy terapeuta sicocorporal una terapia mental y emocional a través del cuerpo. Trabajar con técnicas de movimiento, escritura, meditacià³n, imaginacià³n, tacto y palabra. A lo largo de la lucha de mi difunto marido, Yossi, con la enfermedad, vi cà³mo las herramientas que tengo le ayudaron a lidiar con el dolor fà­sico de la enfermedad y el dolor emocional, que vino junto con la comprensià³n de que era un enfermo terminal, y que la muerte se acercaba. Nuestra franqueza y mi capacidad para contenerlo y sostenerlo con todas las cuestiones difà­ciles que traà­a consigo el hecho de saber que padecà­a un cà¡ncer de pà¡ncreas, ayudaron a aliviar su afrontamiento de la enfermedad.
Hoy En paralelo a mi trabajo en mi clà­nica privada, donde acompaà±o a personas que han perdido a su ser querido y trato a pacientes con enfermedades terminales, soy estudiante de ciencias del comportamiento. Mis hijos siguen con su vida a pesar de la dificultad y mis dos hijos son estudiantes en la Universidad. mi hija se casà³ este aà±o y me hizo abuela de un lindo nieto.

El impacto del tiempo

La deteccià³n precoz no es un juego en mi historia porque cuando se encontrà³ el cà¡ncer estaba en la etapa 4. el regalo del tiempo relacionado con mi historia con El tiempo extra que le dieron a mi marido para vivir gracias a su participacià³n en el estudio de la DR. TALIA GOLAN para pacientes con demencia BRAC2, y recibià³ un medicamento que le permitià³ vivir otros nueve meses sin dolor hasta que el tratamiento dejà³ de funcionar y su hà­gado se colapsà³.